Una alegría seria
El mal existe. Es algo que no se puede negar. Pero lo que es todavía peor, yo mismo, que lo repudio en los demás, soy también autor del mismo. Con mis envidias, celos y egoísmos soy también constructor del mal que existe en el universo. Yo también soy culpable y digno de castigo. Ante tal realidad, ¿Cómo puedo alegrarme siendo yo el autor de la injusticia que es causa de la tristeza de muchos otros? Una primera solución es la de negar la realidad y ocultarla con un manto de falsa piedad, como quien busca limpiar el polvo escondiéndolo debajo de la alfombra. Esta solución es profundamente inaceptable. La alegría no puede edificarse sobre la injusticia y la tristeza de los demás. No se puede negar la responsabilidad de nuestros actos. Si somos autores de la injusticia debemos pagar por ello, ya que vivir en la injusticia, sería en realidad, lo sabemos, la peor de las tristezas. "No hay nada más infeliz que la felicidad del pecador" y "es más digno de lástima quien co