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Mostrando entradas de abril, 2015

Si ves un hombre sabio que tus pies desgasten el umbral de su puerta (Eclo 6,36)

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Cuando quieras buscar un sabio (o sabia), mira como se lava los dientes; como saluda a su vecino; como maneja en un día de tráfico; cómo reacciona cuando pierde su equipo de fútbol; cómo devuelve una sonrisa ante quien no se ha acordado de ella; cómo responde a su marido cuando éste ha decidido ponerse en modo "ahorro de energía"; cómo sabe esconder su cansancio para no romper la ilusión de sus hijos cuando llega a casa muerto de trabajar. Quiero  decir, si querés conocer un sabio: No te fijes en lo que dice; "no el que diga "Señor, Señor" entrará en el Reino de los cielos". No te admires de lo que sea capaz de hacer de vez en cuando, cualquiera puede tener algún día inspirado No te dejes llevar por lo que hace cuando todos lo miran; "yo les aseguro que estos  ya han obtenido su recompenza". No te guíes por apariencias, porque "Dios mira el corazón". Cuando quieras conocer un sabio, andá a preguntarle a su mujer (o su mar